OMTARA
Los propietarios planificaron cada paso de la restauración junto con el equipo de AM Andrés Montalbán. La sensibilidad de sus propietarios ha conseguido convertir este centro en un oasis de serenidad y calma, en el que con sólo entrar te lleva a otro mundo. Los propietarios habían decidido apostar por llevar la medicina natural al entorno en el que vivían y no dudaron en darle una nueva oportunidad a la antigua casa como centro de terapias naturales.
La puerta principal es un portón de lamas de hierro oxidado, da la bienvenida a los huéspedes con la promesa de una experiencia única. Dentro se disfruta de un máximo confort. Cuenta con un hall-recibidor, que hace a su vez de tienda de productos ecológicos y de cercanía, dos cabinas de masaje, una oficina en la planta baja, y baño. En la primera planta se disfruta de una sala diáfana, con suelo de bambú, para las clases de relajación, yoga, estiramientos, danza del vientre, etc., un aseo y un pequeño office. Junto con dos terrazas bañadas por el sol durante todo el año, que sirven de zona de relajación. Una de las estancias más especial es el jardín interior, al que dan las dos cabinas de masaje, cada una consta de ducha individual. El jardín rebosa luz y naturalidad, y es visible desde la entrada gracias a una ventana acristalada que llena de luz la estancia. La madera es de iroko y de teka, en todo el edificio, gran protagonista en las ventanas, balconeras y en el ventanal principal.
Un aspecto que todavía hace más especial este lugar es que para su realización se llevó a cabo un estudio detallado de Feng Shui, que consiste en el estudio profundo de las energías de una vivienda, local comercial o empresa, para detectar como éstas afectan a las personas. A través del Feng Shui se puede lograr el equilibrio y la armonía en el entorno para beneficio del ser humano.
De la decoración se encargaron nuestros clientes, combina muebles modernos y piezas budistas y zen para crear un ambiente confortable y relajante. La luz también juega un papel muy importante en la filosofía de este espacio: los grandes ventanales en la planta baja para dar luz natural a la estancia, y ventanas más pequeñas y cubiertas con persianas de madera para dar intimidad y privacidad a la planta de arriba. Fuera, sigue la vida del pueblo, al aire libre con unas vistas increíbles de la naturaleza rural a sólo unos metros. Realmente es un paraíso de relajación.